El cuerpo de esta niña es verdaderamente perfecto. Sus medidas son envidiables, es alta, tiene un pecho impecable y unos ojazos verdes que infartarán tu corazón cuando recibas su concupiscente mirada. ¡Madre mía! Qué envidia de mujer. Ya con solo contemplar sus fotos, imagino que os debe encandilar y llenar de deseo y pasión. Lidia es, sobre todo, una mujer cariñosa, elegante y con un carisma singular. Ella asegura que le gustan los hombres educados, generosos, que saben tratar con delicadeza a su pareja y que su punto fuerte es seducir con su mirada, pero a mí me da la impresión de que es toda ella la que, voluptuosa, te cautivará y atrapará en el mismo instante de abrir la puerta y contemplar esta belleza. Sus abrazos son cálidos, y sus besos, tiernos y dulces (lo sé porque me lo habéis dicho, no penséis otra cosa).